Museos Vaticanos -Patio de la piña

Roma, ciudad abierta

Coliseo - Roma

 

Cuando mi hermano y yo éramos pequeños leíamos tebeos. Yo prefería el Lily (se definía como «Revista juvenil femenina») pero también me leía los Mortadelos que le compraban a mi hermano. En algunas historietas aparecían los romanos como en el titulado «La historia del dinero». Filemón portaba un estandarte que decía  «SPOR si llueve». Me hacía mucha gracia. Se refería a SPQR, Senātus Populusque Rōmānus (‘El Senado y el Pueblo Romano’), símbolo de la república romana. En Roma está por todas partes. Se ve por lugares históricos y en lugares actuales. En las alcantarillas y en el escudo de la ciudad. El fascismo de Mussolini lo utilizó en su propaganda del régimen. Y ahí sigue como símbolo de Roma.  Y ahí está la Plaza Venezia con ese imponente monumento al rey Vittorio Emanuele II, que no gusta a los romanos (no gusta a nadie). Y ahí sigue. Lo llaman la máquina de escribir. Una olivetti será. A mí tampoco me gusta pero como turista subí por sus escaleras a hacer fotos. La historia es mucho más potente que las ideologías. Deberíamos tomar nota.

Piazza Venezzia

 

Plaza del Campidoglio

Hoy disfrutamos de la Roma monumental gracias al sentido común. Durante la II Guerra Mundial cuando los aliados americanos estaban sitiando Roma ocupada por los nazis saltaron las alarmas. Con el bombardeo de la ciudad se destruiría para la humanidad un patrimonio de valor incalculable. Parece que fue El Papa Pío XII quien hizo lo posible por preservar la ciudad de la destrucción de los bombardeos de los aliados mediando con los obispos de los países beligerantes. Lo logró en parte pues en 1943 bombardearon el barrio de San Lorenzo, donde perdieron la vida más de 3000 civiles y se destruyó la Basílica de San Lorenzo extramuros. Después Roma se estableció como ciudad abierta, preservando el centro de la ciudad de las bombas.

 

Roma es cine en blanco y negro. Roma es rosa y ocre. Roma es sobredosis de arte. Roma es el caos. Es la desmesura y lo teatral. Los romanos son teatreros. Y algunos tienen cierto malaje. Algunos.

En Roma los pasos de peatones son orientativos. Me propuse con mucho esfuerzo no perder la vida cruzando las calles. Ahí se notaba que era una turista cualquiera. Coches y personas se esquivan mutuamente. Parece que funciona.

Torso del Belvedere-Museos Vaticanos

 

Piazza San Pietro in Vincoli

Roma es ruido. Persecuciones de coches camuflados con policías sacando medio cuerpo por la ventanilla, carabinieri en moto a toda velocidad detrás de vendedores ambulantes; lo que os decía, muy teatreros. Nada de discreción. Tanquetas del ejército en los lugares más turísticos. Estamos amenazados.

Roma es lo inesperado. Al doblar la esquina aparece una iglesia imponente, una plaza, una descomunal fuente. Te cae encima. Pero apenas puedes hacer una foto en condiciones con tanto selfie adicto.

Fontana di Trevi

 

Roma es decadente. Roma es clásica, es mármol, es travertino (es granito no mármol), es el duelo artístico y personal entre Borromini y Bernini (entre los dos construyeron la Roma barroca)Son los Papas megalómanos.  Es la Iglesia y el derroche. Es una ciudad sin una acera en condiciones. Roma es inabarcable.

 

Bernini - Palacio Borghese

Es subir al Gianicolo cuando está nublado(no lo hagáis, mejor con sol). Es la rúcula, es el pecorino, la mozzarella, el vino, la Moretti y la Menabrea, el negroni, es carbonara, es cacio e pepe. Es la porchetta. La casquería. La trufa. Roma son curas, monjas. Son desnudos masculinos. Son los utilitarios. El Fiat 500. La Vespa. Es aparcar en una calle muy estrecha. Roma es un expresso macchiato (como mí me gusta).

Piazza Navona

Es Roma o muerte. Perdón, Garibaldi. Fue la muerte de mis pies. Roma es pasear por esos adoquines sueltos hasta que no puedes más.

De Roma no se puede escribir nada tras pasar cuatro intensos días.

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